Madres con hijos TDAH ¿Es su culpa?

De: Psicogrupo
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El Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), ha adquirido una gran prevalencia en la población de edad escolar. En México, es curioso ver como se habla más de él en las escuelas privadas y en los ambientes de madres de clase media y media – alta. Pero no todos los niños y adultos que se presumen con TDAH lo padecen y tampoco es un trastorno tan categóricamente incapacitante o desadaptativo. Cada vez más personas se acercan a los especialistas de la psicología, psiquiatría y neurología a preguntar qué hacer con su familiar “diagnosticado” así.

Se ha encontrado que los tratamientos psicosociales, en combinación con la medicación, traen los mejores resultados para las personas con este trastorno; estos tratamientos suelen enfocarse al trabajo cognitivo – conductual de sus principales síntomas y que implica la planeación sistemática, el manejo del tiempo, la fijación de metas concretas, la organización del pensamiento y la resolución de problemas (Prevatt y Levrini, 2015).

La descripción del padecimiento o nosografía, concibe, de acuerdo al Manual DSM – V de la American Psychiatric Association (2013: 60), tres subtipos:

  • Con desatención predominante.
  • Combinado.
  • Hiperactivo – impulsivo.

Es decir, el trastorno contiene una tríada factorial: Desatención, Impulsividad e Hiperactividad.

Un estudio reciente a nivel mundial encontró una tasa de prevalencia de 5.29% del TDAH en niños  (Polanczyk, Lima, et. al. 2007) ¿Qué es lo que hace que 1 de cada 20 niños sea desatento, impulsivo e hiperactivo?  Es uno de los padecimientos infantiles y juveniles más estudiados y controvertidos. Existe un gran debate público acerca de su diagnóstico y tratamiento farmacológico. Los cuestionamientos surgen en los medios profesionales, escolares e incluso en los medios de comunicación. Además las familias están preocupadas por lo que escuchan alrededor de este debate, que puede afectar a sus miembros. Este debate tiende más a la controversia que a la racionalidad (Connor, 2011).

Se habla de una sobrediagnosis del TDAH (    ). Y esto es una “tabla de salvación” para las madres consternadas por el trastorno de su hijo. También existe la realidad de que las escuelas, spbre todo las de los países pobres y emergentes como el caso de México, no cuentan con personal entrenado para atender el problema. Las escuelas son las principales instigadoras de este exceso diagnóstico. Al niño o adulto que presenta esta condición, le cuesta trabajo discriminar o, filtrar de entre todas las percepciones, cuál es la más importante en cada momento y a cuál debe atender.

El TDAH genera problemas en el procesamiento de los afectos y compromete al pensamiento. Esto puede tener su origen en la forma en que se dieron las relaciones tempranas madre – hijo y el desarrollo de la capacidad de la estructura psíquica para procesar la ansiedad y los afectos. La condición puede agudizarse ante el estrés y los eventos traumáticos (Gunther, 2014).

En sus aspectos psicodinámicos, debe destacarse la clase de cuidados maternos que se ha tenido para que el trastorno pudiera haberse desarrollado. Esto pareciera contradecir una hipótesis neurológica, pero hay que decir que la evolución de las sinapsis o conexiones entre neuronas, al nivel de los tejidos que propician calidad empática en las relaciones es producto de los contactos tempranos con los cuidadores.

Si existe un diagnóstico real de TDAH, éste puede persistir a lo largo de la vida. Incluso se considera que existen trastornos con síntomas residuales en la edad adulta que producen una disfunción manifiesta en las áreas laboral, social y familiar.

Las siguientes preguntas, clasificadas por factor de acuerdo a validación de constructo del Instituto Nacional de Psiquiatría (Díaz, Reyes, Cárdenas, et. al., 2009), corresponden a la Escala de Autorreporte de TDAH para población adulta de la Organización Mundial de la Salud:

 

¿Con cuánta frecuencia…

FACTOR DE INATENCIÓN FACTOR DE IMPULSIVIDAD FACTOR DE HIPERACTIVIDAD
  • …tiene problemas para terminar los detalles finales de un proyecto, una vez que las partes difíciles fueron concluidas?
  • …te descubres terminando las oraciones de la gente que está hablando cuando estás en una reunión?
  • …mueves o retuerces las manos o los pies cuando estás sentado por mucho tiempo?
  • …evitas o retrasas empezar una tarea que requiere mucha concentración?
  • …tienes dificultades para esperar tu turno en situaciones en las que debes hacerlo?
  • …te sientes inquieto o nervioso?
  • tienes dificultad para tener las cosas en orden cuando tienes que hacer una tarea que requiere organización?
  • …interrumpes a otros cuando están ocupados?
  • …te sientes sobreactivo e impulsado a hacer cosas como si te moviera un motor?
  • …tienes problemas para recordar juntas de trabajo u otras obligaciones?
  • ..sientes que hablas demasiado cuando estás en reuniones sociales?
  • …te distraes por ruidos o actividades alrededor de ti?
  • …cometes errores por falta de cuidado cuando estás trabajando en un proyecto aburrido o difícil?
  • …tienes dificultades para relajarte cuando tienes tiempo para ti?
  • ..te paras de tu asiento en juntas o en otras situaciones en las que se supone deberías permanecer sentado?*
  • …tienes dificultad para mantener atención cuando estás haciendo trabajos aburridos o repetitivos?
  • …tienes dificultad para concentrarte en lo que la gente dice, aun cuando estén hablando contigo directamente?
  • …pierdes o tienes dificultad para encontrar cosas en la casa o en el trabajo?

 

Estos tres factores, inatención, impulsividad e hiperactividad, son los rasgos distintivos del síndrome a cualquier edad.

TDAH y Maternidad

¿Es esto sintomático de un entorno social? ¿Es realmente un trastorno neurológico? Estas son cuestiones que surgen y que de pronto caen en la esfera de las preocupaciones maternas.

Las madres son las primeras en detectar ciertos rasgos que podrían dar lugar a un diagnóstico de TDAH, pero en muchas ocasiones lo desestiman, y es cuando se sufre rechazo e incluso acoso escolar que el problema vuelve a ser atendido. Pero el trayecto de la detección al tratamiento es largo y con muchas frustraciones, ya que no existe una cultura social, sobre todo en un país como México, que busque soluciones a problemas infantiles que integren los esfuerzos de la familia, la escuela, el sistema de salud e incluso el Estado.

Es importante considerar que la madre de un niño con TDAH sufre estrés y la actitud hacia su hijo es muy importante como variable a modificar en un tratamiento. El rechazo, las constantes llamadas de atención de la escuela, la frustración narcisista de no tener al “hijo ideal”, incluso los frecuentes cambios de escuela, son eventualidades que la madre quisiera resolver por sí misma, o mediante ayuda profesional pero solamente enfocada al niño.

La principal preocupación de esta clase de madres es manejar exitosamente los retos que a diario se presentan y cómo conseguir la ayuda que necesitan para ello. Lidiar con estos chicos es el problema principal que enfrentan y constantemente se cuestionan acerca de ser buenas madres y se preocupan por obtener ayuda de calidad y muchas veces consideran, en la desesperación, rendirse (Brinchmann y Sollie, 2014).

Las características tanto de hijo como de madre cuentan para que una familia con hijo TDAH sufra determinado grado de estrés. Si al trastorno se une una condición oposicionista desafiante y un cierto grado de psicopatología en la madre como puede ser un trastorno de personalidad, el pronóstico del TDAH se agravará (Anastopoulos, Guevremont, et. al., 1992).

Hay que recordar que las madres de hijos con aparente discapacidad, como pudiera considerarse al TDAH, constituyen un grupo altamente estigmatizado. Sobre todo estas madres tienden a ser vulnerables a ser estigmatizadas  en cuanto a la crianza de los hijos y la gestación. La primera representa las prácticas de transmisión de valores, desarrollo social, disciplina y control de la conducta; mientras que la segunda representa la conexión fisiológica entre la madre y el hijo  (Davis y Manago, 2016). Dicha estigmatización puede agravar ciertas condiciones traumáticas y psicopatológicas en la madre, sobre todo en lo que se refiere a la culpabilización social e incluso del cónyuge que subroga la crianza a la madre. Incluso se ha dicho acerca de los dones adquiridos por tener TDAH: creatividad, conciencia ecológica, intuición interpersonal y expresividad emocional (Honos, 2005), que la madre debe aprender a impulsar. Todo esto pareciera ser demasiado pesado para la madre.

Debe enfatizarse a las madres la importancia de consultar a un especialista. Los profesores de primaria y secundaria no lo son y las psicólogas escolares tampoco.

Los psicoanalistas tienden a ver el diagnóstico de TDAH con escepticismo o como una contraindicación al tratamiento psicoanalítico. Sin importar la etiología u origen del padecimiento, lo cierto es que existe una afectación al funcionamiento del Yo, específicamente en lo que se refiere a la atención de quien tiene este padecimiento, por lo que se hace necesario un tratamiento psicológico que contribuya a una mejor integración de esta parte de la estructura psíquica y que se combine con el tratamiento psicofarmacológico elegido (Gilmore, 2000).

Ya que el TDAH puede ser considerada una afectación en la función sintética, organizativa e integrativa del Yo, debe considerarse la revisión de la historia emocional de la relación madre – hijo, pues es allí donde empieza a desarrollarse dicha función. Es decir, las madres debieran explorarse psicoanalíticamente para ayudar a la remisión o control de síntomas de desatención, impulsividad e hiperactividad de sus hijos. La psicoterapia psicoanalítica en grupo puede ser un tratamiento elegible.

 

Referencias 
Aguilar, N., Vázquez, J., Jaimes, A.  Díaz, L., et. al. (2009). Validación de constructo de la escala de autorreporte del Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en el adulto de la Organización Mundial de la Salud en población universitaria mexicana. Salud Mental. Vol. 32 Supl. 1. 69-75.
American Psychiatric Association. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders. Quinta Edición (DSM – V). Washington, DC: 2013.
Anastopoulos, A.D., Guevremont, D.C., Shelton, T.L., & DuPaul, G.J. (1992). Parenting stress among families of children with Attention Deficit Hyperactivity Disorder. Journal of Abnormal Child Psychology, 20, 503–520
Brinchmann, B. S., & Sollie, H. (2014). Struggling with and for A Grounded Theory of Parents Managing Life with Hard-to-Treat ADHD Teenagers. Grounded Theory Review, 13(1), 3-15.
Connor, D. F., M.D. (2011). Problems of overdiagnosis and overprescribing in ADHD. Psychiatric Times, 28(8), 14-18. Retrieved from http://search.proquest.com/docview/883595431?accountid=26252
Davis, J. L., & Manago, B. (2016). Motherhood and associative moral stigma: The moral double bind. Stigma and Health, 1(2), 72-86. http://dx.doi.org/10.1037/sah0000019
Gilmore, K. (2000). A Psychoanalytic Perspective on Attention-Deficit/Hyperactivity Disorder. J. Amer. Psychoanal. Assn., 48:1259-1293.
Guilherme Polanczyk, Maurício Silva de Lima, Bernardo Lessa Horta, Joseph Biederman and Luis Augusto Rohde, ‘The Worldwide Prevalence of adhd : A Systematic Review and Metaregression Analysis’, American Journal of Psychiatry , 164 (2007), pp. 942– 8.
Güunter, M. (2014). Attention deficit hyperactivity disorder (ADHD): An affect-processing and thought disorder? International Journal of Psychoanalysis, 95(1), 43-66. Retrieved from http://search.proquest.com/docview/1536033059?accountid=26252
Prevatt, F., Levrini, A., (2015). ADHD coaching: A Guide for Mental Health Professionals. (pp. 3-5). Washington, DC, US: American Psychological Association, vi, 268 pp. http://dx.doi.org/10.1037/14671-001
Smith, Matthew. Hyperactive : The Controversial History of ADHD. London, GB: Reaktion Books, 2013. ProQuest ebrary. Web. 3 May 2016.

 

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