5 Habilidades emocionales para la recuperación de adicciones.

De: Andrés Tovilla Sáenz
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1. Perdón. Fases de la capacidad de perdonar: la etapa temprana, en la que el perdón es condicionado a una especie de justicia: el ofensor debe ser castigado para que se le perdone. La etapa intermedia, en la que el perdón responde a la presión por parte de personas significativas. Y la etapa final, del perdón incondicional. No todos llegan a esta última fase; de hecho, para algunas personas, perdonar siempre es muy difícil. Quien tiene un perfil narcisista, por ejemplo, con su autoestima vulnerable, su pobre capacidad de empatía y ausencia del sentido de reciprocidad social, tenderá a responder al daño u ofensa con comportamientos vengativos: le resultará casi imposible perdonar (Casullo, 2005).

 2. Empatía. La empatía implica una relación entre dos personas en la cual una sensación de separación entre el sí mismo y los objetos se sostiene. Es una capacidad compleja de intimidad, momento de naturaleza compartida que envuelve una forma de conocer, comprender o percibir lo que otra persona experimenta, sobre todo en un sentido emocional (Buie, 1981). Además envuelve factores conscientes e inconscientes verbales, no verbales, de acción, observables e inferidos Anshin, R.N. (1995).

3. Flexibilidad. El sentimiento de tener mente abierta y en esa medida ser receptivo ante situaciones y mensajes constituye un elemento que en la vida cotidiana ayuda al adicto en recuperación a mantener niveles aceptables de ansiedad. La flexibilidad tiene que ver con aceptar la ambivalencia que surge de las elecciones que se presentan cotidianamente. El desarrollo de la creatividad, con un Yo cada vez más diversificado en nuevos intereses, es otra muestra de que se está dejando el estado de rigidez del adicto en consumo. 

4. Gratitud. La gratitud viene a ser una disposición emocional, algo que reúne emociones, estado de ánimo y rasgos afectivos y se combina con otros elementos psicológicos para contribuir a una personalidad que funciona en un estado de mayor plenitud. Es un reconocimiento y aprecio a sí mismo, a otro o incluso a un Poder Superior, acerca de las cosas buenas que se tienen o se han recibido. La gratitud es un sentimiento opuesto a la envidia. Es una memoria positiva del pasado. Expresar gratitud a otro implica que ambos tendrán una percepción de mayor fortaleza del vínculo (Lambert, Clark, Durtschi, Fincham y Graham, 2010). La persona en recuperación, al sentir, reconocer y expresar gratitud tiende a estimular su estado de ánimo. 

5. Independencia. Establecer vínculos en los que no se establecen demandas patológicas hacia otras personas, es uno de los logros que se relatan en la recuperación. La sensación de independencia implica reconocer al otro como alguien que es relativamente igual a nosotros, con quien se puede tener confianza mutua.

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