La Resiliencia como punto de partida para el logro de la Felicidad

De: Psicogrupo
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La resiliencia constituye la capacidad de tener una existencia en la que los problemas, pérdidas, carencias y traumatismos, se resignifican de manera positiva y se continua hacia un estado de felicidad. Gracias a ella, la vida se ve en retrospectiva como algo que ha valido la pena y cualquier logro que tal vez a los ojos de los demás es minúsculo, se tiene por cosa bien hecha. Los relatos autobiográficos, sobre todo si se hacen ante algún otro dan una nueva perspectiva de los hechos y esto puede llevar a ver sucesos que se consideraron negativos a ser parte de una nueva psicología positiva del individuo.

RESILIENCIA y MINDFULNESS

Resiliencia y Mindfulness: Después de todo, llegamos a ser felices. Se llega a la felicidad por muchos caminos. Eventualmente por el sufrimiento; éste se percibe en un estado mental desorientado y agresivo. Salir de él resolviendo situaciones existenciales complicadas, implica una conciencia de que se puede ser feliz, de que hay resiliencia, o sea la capacidad de enfrentar adversidades saliendo de ellas fortalecido. Durante toda la vida se experimenta sufrimiento, en la forma de pérdidas, decepciones, dolor físico y emocional y es propio de la naturaleza psicológica humana procesar cada evento, el resultado implica en la mayoría de las veces una transformación espiritual (Worthington y Sandage, 2016).

Se sufre porque se desea algo, dice la filosofía budista. Se sufre porque hay vacío, así reza el psicoanálisis. La resiliencia permite abatir el deseo y la frustración, cuando no se piensa demasiado en lo que se perdió o en lo que no se ha logrado.

Existe un estado mental en el que se percibe la resiliencia con la certeza de que “esto también pasará”, es decir, que, ante una situación adversa, se sostiene una actitud existencial basada en vivir un día a la vez y entender los problemas de la vida como situaciones pasajeras que deben resolverse. Tener resiliencia implica tener esta visión.

Surge entonces, el concepto de resiliencia emocional, pero esta no consiste en aislarse de las emociones, sino enfrentarlas y superarlas, para lo que se hace necesaria la meditación. Las emociones intensas más constantes son las que producen las relaciones. De frente a una persona en particular o a un grupo, pueden derivarse tristezas, enojos, alegrías y éstas deben procesarse, llegar a darles nombre y causa. La conciencia de lo que se vive en el presente es más firme si se desarrolla la práctica de meditar y usar la fortaleza que esto da para entender lo que se siente.

Una ayuda psicoterapéutica orientada a generar mayor resiliencia emocional debe pasar por una intervención que habilite al paciente o cliente en la meditación (Davidson y Kaszniak, 2015). De hecho, se considera que la meta de la meditación es transformar positivamente la experiencia de vida. Cualquier clase de psicoterapia busca con buena voluntad la reducción del sufrimiento. Sin embargo, el paciente o cliente debe adquirir en el proceso terapéutico una serie da hábitos sanos que contrarresten la recaída en los síntomas que lo llevaron a pedir ayuda.

Desde los inicios del psicoanálisis (Breuer y Freud, citados por Thompson, 2004), se consideró que la meta de un tratamiento era abandonar la miseria neurótica y lograr la infelicidad común, pues el mayor conocimiento de sí mismo, puede llevar al individuo a enfrentar con éxito la infelicidad. De este dominio del sí mismo, se puede pensar que la utilización de una técnica de meditación que haga abandonar los pensamientos hostiles contra la propia persona y los demás, permite una actitud más sana, ligada a la felicidad.

Es importante en una vida que retroalimenta positivamente las relaciones, dirigir una mirada empática y compasiva hacia el otro que no alcanza a salir de ese estado de frustración, y ser capaz de ver en el propio interior a esa persona que clama por lo que cree que la vida le debe. Cuando estamos ante un psicoterapeuta, éste debe otorgarnos suficiente compasión.

Con esto se afirma que una psicoterapia apoyada con la técnica de mindfulness produce resiliencia. Es decir, el hecho de que el sujeto sea capaz de abandonar una condición racional momentánea de tipo psicopatológico, o sea “pensar mal”, gracias a un esfuerzo meditativo, fortalece la capacidad de enfrentar exitosamente las vicisitudes cotidianas.

 

Referencias
Davidson, R. J.; Kaszniak, A. W. (2015). Conceptual and methodological issues in research on mindfulness and meditation. American Psychologist, Vol 70(7), Oct 2015, 581-592. http://dx.doi.org/10.1037/a0039512
Thompson, M. G. (2004). Happiness and Chance: A Reappraisal of the Psychoanalytic Conception of Suffering. Psychoanalytic Psychology, Vol 21(1), 2004, 134-153. doi: http://dx.doi.org/10.1037/0736-9735.21.1.134
Worthington, Everett L., Jr. Sandage, Steven J. , (2016). Forgiveness and spirituality inpsychotherapy: A relational approach. , (pp. 37-59). Washington, DC, US: American Psychological Association, x, 319 pp. http://dx.doi.org/10.1037/14712-003

 

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